Colección: Obsidiana florida
La obsidiana es una roca volcánica rica en sílice. Existen diferentes tipos de obsidiana, que difieren según su composición química. La obsidiana es, en realidad, un vidrio natural. Se forma durante una erupción de lava rica en sílice con menos del 3 % de agua. Al salir del volcán, se enfría muy rápidamente, congelando el proceso de cristalización.
Esto puede compararse con la solidificación repentina de un trozo de lava al emerger de un volcán. La consecuencia directa de este fenómeno es la incapacidad de la roca para cristalizar. El resultado es la creación de un vidrio volcánico con una textura uniforme, conocido como mineral amorfo. Además, la obsidiana tiene bordes afilados y hojas muy finas. Es un mineral natural con una composición compleja.
Por lo tanto, la obsidiana se compone esencialmente de dióxido de silicio, en un 70 % o más. Su fractura es concoidea (es decir, surcada con estrías curvas y concéntricas) y su dureza es de 7 a 7,5 en la escala de Mohs. Presenta diferentes colores y reflejos debido al volcán donde se descubrió y a sus diversas inclusiones. Cabe destacar que cada yacimiento, vinculado a un volcán, proporciona una obsidiana diferente.
Verde, marrón, gris o negra, a veces puede tener reflejos dorados, plateados o incluso todos los colores del arcoíris (efecto producido por la presencia de hematites o magnesita). También puede ocurrir que se mezclen dos colores de obsidiana.
Se han encontrado restos de obsidiana en algunos objetos afilados que datan de hace aproximadamente 2 a 4 millones de años, especialmente en Kenia. Las excavaciones arqueológicas han descubierto cuchillos, flechas y lanzas. En ocasiones, dependiendo de su composición, la obsidiana puede pulirse para fabricar espejos rústicos.
Ya en el año 7000 a. C., la obsidiana se utilizaba ampliamente en cirugía debido a sus propiedades cortantes. Se han encontrado evidencias de trepanación, la extracción de una porción del hueso del cráneo para limpiar una herida o atraer espíritus.
En Mesopotamia se han identificado restos de hojas de obsidiana ya en el año 5.000 a. C.
En Egipto, la obsidiana se traía del Mar Rojo, Grecia o Italia. Los egipcios la utilizaban por su belleza, misterio y valor. Fabricaban los ojos de sus estatuas, en particular los de la máscara de Tutankamón (1323 a. C.). Obsius, al regresar de Etiopía, trajo obsidiana y decidió darle su nombre, obsidianus en latín. La obsidiana se utilizaba para fabricar todo tipo de objetos ornamentales, joyas y herramientas.
Sin embargo, en México, existe otra leyenda. Cuando los nativos escaseaban de alimentos, los hombres salían de caza, donde se enfrentaban a bestias salvajes, incluso mamuts. Dejaban a sus esposas e hijos bajo la protección de los ancianos. Un día, la tribu fue atacada por hienas salvajes y feroces. Pero los ancianos se quedaron sin armas cuando el joven Obsid, hijo del guerrero más valiente, vio una piedra negra brillante en el suelo. La ató firmemente a un trozo de madera. Arrojó esta arma improvisada a una de las hienas, que gritó de dolor, provocando la huida de todos los demás. Toda la tribu honró al joven Obsid y le otorgó el estatus de guerrero, y la piedra recibió su nombre.
Entre la tribu Navajo, la obsidiana era una de las cuatro piedras sagradas. La Montaña de Obsidiana corresponde al Monte Hesperus. En algunos relatos de la creación, se decía que el corazón humano fue creado por los dioses a partir de obsidiana.
Durante generaciones, magos, hechiceros y profetas han usado obsidiana pulida como espejo. Afirmaban poder leer el futuro a través de ella. Pero fue el Dr. John Dee (1527-1608) quien la volvió a usar para difundir sus profecías. Se hizo muy famosa, y se dice que ayudó a frustrar ciertas conspiraciones contra la corona inglesa.
Los principales yacimientos de obsidiana se encuentran en México, Madagascar, Estados Unidos, etc.
La obsidiana florida, una piedra natural de origen volcánico, presenta un color óxido o bronce con motas negras o plateadas. Existe otra variedad de obsidiana florida con una multitud de fragmentos rojos, rosados y blancos sobre un fondo negro, todos con forma de fuegos artificiales o flores. Esto, en realidad, depende de la cristalización de las esferulitas. Se cree que los colores se deben a una combinación de thomsonita y obsidiana. Las fuentes varían, y según la forma de los patrones, esta piedra se denomina obsidiana florida o de fuegos artificiales.
Esta piedra única es ideal para la decoración. Inspira admiración dondequiera que se coloque. Se puede llevar a cualquier parte. También se utiliza en la fabricación de joyas y elementos para litoterapia.
Esta roca amorfa posee un hermoso simbolismo. El color oscuro de la obsidiana florida absorbe las energías negativas, mientras que el color claro difunde una energía suave y positiva. También se dice que es la piedra de la armonía entre el yin y el yang.
Esta obsidiana florida se confunde erróneamente con la obsidiana copo de nieve. La obsidiana copo de nieve no tiene el mismo tono. De hecho, presenta redondeles de color marrón rosado. No deben confundirse ambas obsidianas.
La obsidiana copo de nieve florecida se encuentra principalmente en México y Estados Unidos.
La obsidiana florida posee numerosas virtudes. Es una piedra que equilibra mente, cuerpo y espíritu. Es excelente para quienes buscan impulsar su desarrollo personal. Ahuyenta los pensamientos oscuros y fomenta la superación personal. Con esta piedra, la soledad deja de ser una carga para convertirse en un momento de plenitud.
Esta piedra es muy recomendable para la meditación. Facilita el desapego, esencial para la introspección. Desarrolla la concentración y fortalece el arraigo a la Tierra. Permite el trabajo profundo y la superación de ciertos traumas infantiles. Es una piedra de resiliencia. Proporciona estabilidad y consuelo en tiempos de incertidumbre.
La obsidiana florida, como la mayoría de las obsidianas, elimina bloqueos psíquicos, emocionales, físicos y mentales. Proporciona una comprensión más profunda de uno mismo y brinda la oportunidad de avanzar en la vida. Otorga a quien la usa mayor confianza en sí mismo y seguridad en sí mismo. Esto le permite hacer planes y fijarse metas.
Es una piedra de cambio, tanto profesional como familiar. Acompaña a quien la lleva durante todo el proceso de adaptación. Además, la protege de las energías negativas, absorbiéndolas. Combate la ansiedad, la timidez y los miedos ocultos. Así, libera la ira y el resentimiento acumulados, restaurando la armonía y la serenidad.
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