Pulsera de turquesa de África A (cuentas de 7-8 mm)

BRA-TURQ-04
Origen: Sudáfrica
Calificación: A

Dimensiones:
Aproximadamente 17-18 cm - Se ajusta a todas las muñecas que miden de 16 a 18 cm

Pulsera compuesta por cuentas de turquesa africana de 7-8 mm.
Los diseños y colores pueden variar de una pulsera a otra.

La turquesa no siempre se llamó así. Los persas la llamaban «Firuze» o «Ferozah», que significa victoriosa. En Europa, este mineral se conocía como «Calläis», que significa «piedra hermosa». Luego, durante el siglo XVI, los franceses le dieron el nombre de piedra turca, y más tarde, turquesa.

La turquesa está compuesta de fosfato de cobre y aluminio hidratado. Por lo tanto, pertenece al grupo de los minerales fosfáticos. Su color varía desde un azul intenso hasta un azul verdoso brillante.

De hecho, es el contenido de cobre y hierro lo que le da a esta fabulosa piedra su color. Cuanto mayor sea el porcentaje de cobre, más intenso será el color azul. El cromo modula los tonos de verde, y el hierro aporta un matiz que va del amarillo al marrón.

El contenido de hierro y cobre de la piedra depende de la naturaleza del terreno. El color del mineral puede ayudar a determinar su origen y el lugar donde se encontró. Se encuentra principalmente en zonas secas y áridas, como los desiertos de Afganistán, Irán, Turquía y Estados Unidos.

Esta piedra se conoce desde tiempos inmemoriales. Sus orígenes se remontan a más de 6000 años, a la época del antiguo Egipto. Cuando se abrió la tumba de la reina Zar, monarca de la primera dinastía egipcia, los arqueólogos descubrieron que llevaba un brazalete adornado con turquesas. Incluso la máscara de Tutankamón estaba decorada con turquesas.

Los persas utilizaban este mineral como moneda de cambio para intercambiar objetos valiosos y obtenerlos. También creían que la turquesa los protegía del mal de ojo y las malas influencias.

En América, muchas civilizaciones incorporaron la turquesa en la elaboración de máscaras, especialmente los aztecas. Además, le atribuían propiedades tan poderosas a esta piedra que su dios del fuego recibió el apodo de "Señor de la Turquesa".

Los apaches dedicaban esta piedra a la Diosa del Cambio. Los cazadores colocaban una turquesa en sus flechas para asegurarse de no fallar el blanco. Los navajos utilizaban este mineral por sus propiedades curativas. También elaboraban magníficas joyas con esta piedra, que se vendían en todo el mundo.

En 1805, tras los descubrimientos realizados durante las excavaciones arqueológicas en Egipto, la producción de joyería de turquesa aumentó drásticamente. La fama de esta fabulosa piedra se disparó y un estilo neoegipcio se extendió por toda Europa.

Hoy en día, el uso intensivo de turquesa auténtica ha provocado el agotamiento de muchos yacimientos. Como consecuencia, los precios de la turquesa han aumentado. Sigue siendo muy popular entre los joyeros.

Los principales yacimientos se encuentran en Sudáfrica, Tíbet, Estados Unidos, Perú, etc.

La turquesa es una piedra que repele las energías negativas y las influencias dañinas de quienes te rodean. Las personas envidiosas, celosas o malintencionadas ya no pueden afectar a quien porta turquesa. Esta piedra fomenta la positividad e influye en el temperamento. Permite sentirse más sereno, tranquilo y seguro de uno mismo.

Esta piedra es conocida por brindar confianza y autoestima. Fomenta la amistad. Reduce la desconfianza y aumenta la predisposición a confiar. Genera sentimientos de compasión, empatía y consideración hacia los demás. De esta manera, fortalece las relaciones sociales, la comunicación, la amistad y el afecto.

Se dice que el color turquesa fomenta la creatividad, la imaginación y el sentido artístico. Además, permite distinguir fácilmente el buen gusto del mal gusto, tanto en el mundo de la moda como en el del diseño de interiores.

Al mismo tiempo, la turquesa es la piedra por excelencia de la comunicación. Otorga elocuencia, lo que se traduce en discursos bien estructurados e informativos. Quien la porta posee una hermosa voz. Se recomienda especialmente para quienes, por su profesión, requieren dominar la calidad de su comunicación (docentes, conferenciantes, vendedores, cantantes, etc.). También facilita la expresión escrita.