Obsidiana ojo celeste México A+ (piedra rodada)

OBS-APA-01
Origen: México
Calificación: A+

Dimensiones:
0,1-0,5 g - Aproximadamente 10-15 mm
0,5-10 g - Aproximadamente 15-25 mm
10-20 g - Aproximadamente 25-35 mm

Esto se puede comparar con un trozo de lava que se solidifica repentinamente al brotar de un volcán. La consecuencia directa de este fenómeno es la incapacidad de la roca para cristalizar. El resultado es la creación de un vidrio volcánico de textura uniforme, clasificado como mineral amorfo. Además, la obsidiana tiene bordes afilados y láminas muy finas. Es un mineral natural de composición compleja.
La obsidiana se compone principalmente de dióxido de silicio, aproximadamente un 70 % o más. Su fractura es concoidea (es decir, presenta surcos con estrías curvas y concéntricas) y su dureza oscila entre 5 y 5,5 en la escala de Mohs. Exhibe una variedad de colores y reflejos debido al volcán donde se descubrió y a sus diversas inclusiones. Es importante destacar que cada yacimiento, asociado a un volcán en particular, produce un tipo único de obsidiana.
Verde, marrón, gris o negra, a veces puede presentar reflejos dorados, plateados o incluso de todos los colores del arcoíris (un efecto producido por la presencia de hematita o magnesita). También ocurre que se mezclan dos colores de obsidiana.
La obsidiana arcoíris, también conocida como obsidiana ojo celestial, es una obsidiana negra con zonas de color que varían del púrpura al verde.
La obsidiana ojo celestial es el resultado de un fenómeno singular: el contacto de la lava con el agua al fluir hacia un lago o el océano. El choque térmico crea una textura vítrea, y el hierro y el magnesio atrapados producen una mezcla de colores iridiscentes.

La obsidiana arcoíris es un vidrio natural. Esta roca volcánica se ha solidificado en una capa de hasta 40 cm de espesor. Al cortarla en forma de esfera, los reflejos forman círculos concéntricos que recuerdan a ojos. En Estados Unidos, se la suele llamar obsidiana arcoíris debido a sus múltiples colores.
Durante la estratificación de nanopartículas de elementos (feldespato, hedenbergita, magnetita, etc.), se produce un efecto óptico. La luz que penetra en la obsidiana queda atrapada en el vidrio natural, creando un efecto iridiscente que le confiere a la piedra sus suaves colores. Al pulirla, se aprecia una forma similar a un ojo.

En la sanación con cristales, la obsidiana ojo celestial posee un poder protector extraordinario. Rodea a quien la lleva con una armadura que repele las energías negativas y las influencias dañinas, transformándolas en luz y alejando la mala suerte.

Esta obsidiana ayuda a desarrollar la percepción de los demás y a revelar la verdadera personalidad de la persona con la que se habla. De este modo, protege a quien la lleva de ser engañado por personas de dudosa reputación.

Se dice que es una piedra extraordinariamente eficaz para la introspección. Es necesario estar preparado antes de usarla. Saca a la luz ciertos sucesos profundamente ocultos en la mente. Su revelación puede ser impactante.

Esta increíble piedra ayuda a sacar a la luz ciertos traumas que provocan bloqueos psicológicos. Ofrece la posibilidad de avanzar en la vida y superar las dificultades encontradas.

La obsidiana ojo celestial fomenta la seguridad en uno mismo y la confianza. Aporta serenidad, sobre todo a la hora de dormir. Es ideal para personas con pensamientos inquietos y que sufren de insomnio. Colocada en el dormitorio, favorece un sueño reparador.

Esta piedra inspira optimismo y positividad. Aporta la calma y la paz necesarias para la felicidad. La serenidad que emana proporciona bienestar y apertura hacia los demás. Fomenta la compasión y la empatía.