Topacio nigeriano A (piedra pulida)

Piedra de topacio pulida pequeña, de 15 a 25 mm. Se vende por unidad.
Las formas y los colores pueden variar de una piedra a otra.

El topacio es una piedra preciosa que se utiliza hoy en día en la creación de joyas, pero también en litoterapia debido a sus múltiples beneficios.

La etimología del nombre topacio es incierta. Parece provenir del griego «topos» y «azos», que significan «tierra desierta». Topazos es el nombre de una isla desierta en el Mar Rojo, ahora llamada Zabargad.

Otra explicación apunta a una ciudad india llamada "Topaza". Se dice que el nombre topacio deriva de la palabra sánscrita "tapaz", que significa "fuego". Esta ciudad era famosa por sus magníficas piedras de un amarillo brillante.

A lo largo de la historia, el topacio ha perdurado a través de los siglos, y diversas leyendas se han asociado a él. El naturalista romano Plinio el Viejo (23-79 d. C.) lo menciona, y aparece en la Biblia como una de las famosas piedras que adornaban el pectoral de Aarón.

En Asia Menor, durante el siglo VII a. C., cuenta la leyenda que Giges, rey de Lidia, encontró un anillo mágico dentro de un caballo de bronce. Un lado de este anillo de sello mostraba un sol tallado en un topacio, y el otro, una imagen de la luna recortada en una esmeralda. Grabadas en este fabuloso anillo había palabras que, al pronunciarse en voz alta, otorgaban la invisibilidad. El anillo jamás fue hallado.

Al topacio se le atribuyeron rápidamente propiedades protectoras y poderes mágicos. En la antigüedad, se le apodó la piedra dorada porque facilitaba la extracción de oro.

Los egipcios usaban esta fabulosa piedra como talismán. Cuenta la leyenda que Cleopatra regaló un magnífico topacio a su amante, Marco Antonio. Se ha descubierto un mágico camafeo de Alejandría que actualmente se conserva en el Gabinete de Medallas de París. Este camafeo representa al dios Helios conduciendo el carro del sol. En el reverso se aprecian caracteres indescifrables.

Los romanos y los griegos la usaban como piedra protectora, creyendo que los hacía más fuertes y que tenía el poder de volverlos invisibles. Los hebreos le atribuían poder e invencibilidad.

En la Edad Media, el topacio se utilizaba para tratar afecciones oculares. Se dejaba en remojo en una copa de vino durante varios días y, posteriormente, se aplicaban compresas empapadas en este elixir sobre los ojos. En 1348, se dice que el topacio salvó a víctimas de la peste durante la gran epidemia de la Peste Negra. Un topacio fue engastado en una joya y lucido por el papa Clemente VI.

Los médicos indios utilizan el topacio para fortalecer el corazón y mejorar la circulación sanguínea. En cuanto a los chinos, colgaban un topacio en sus hogares para atraer fuerza y ​​buena salud.

Hoy podemos afirmar que el topacio pertenece a la familia de los silicatos y a la subclase de los nesosilicatos. El topacio azul tiene una dureza de 8 en la escala de Mohs, considerada alta. En comparación, el diamante tiene una dureza de 10, la más alta en la misma escala.

El topacio tiene un sistema cristalino ortorrómbico, y su color varía según su contenido de aluminio u otros elementos, como hierro, cobalto o cromo. De hecho, el color de la piedra varía en transparencia y translucidez, con tonalidades que van del amarillo al verde, rosa o azul. El topacio azul puede ser azul claro (azul cielo), azul grisáceo (azul Londres) o azul brillante (azul suizo).

Los principales yacimientos se encuentran en Nigeria, Zimbabue, Perú, Namibia, etc.

El topacio azul es una piedra que favorece la comunicación y la elocuencia. Fomenta un habla clara y pausada, facilitando la comprensión de los mensajes. Permite abrirse a los demás e interesarse genuinamente por ellos, pudiendo ser la base de amistades duraderas. Promueve la franqueza y la honestidad, y quien lo porta demuestra empatía y compasión.

Esta piedra se recomienda para personas con tendencia a la ira, los celos o el resentimiento. Favorece el control emocional y la canalización de las emociones. Aporta sabiduría interior. De hecho, abre nuevas perspectivas y fortalece las relaciones con los demás. Incentiva la honestidad y la lealtad. Facilita el perdón y la paz.

El topacio es muy recomendable para artistas e intelectuales. Fomenta la creatividad artística y el desarrollo intelectual. Ayuda a mantener la flexibilidad mental y a superar el pensamiento rígido y las ideas preconcebidas. Promueve el optimismo y facilita la toma de decisiones. Disipa los miedos y las dudas. Es una piedra que otorga una aguda intuición.

Esta fabulosa piedra restaura la autoconfianza y la seguridad. Es un excelente escudo contra las emociones y sentimientos negativos como la angustia, la ansiedad y los miedos inconscientes.